RESTAURACIÓN DE DOCUMENTOS HISTÓRICOS

Publicado el: 31/12/2009 / Leido: 9138 veces / Comentarios: 0 / Archivos Adjuntos: 0

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RESTAURACIÓN DE DOCUMENTOS HISTÓRICOS

 

Fuente: http://www.diariodenavarra.es 

 El Archivo de Navarra cuenta con un laboratorio de restauración en el que se emplean diferentes técnicas, en función del estado de conservación, para recuperar el aspecto original de los documentos prolongándoles la vida unos 500 años más

SE emplean bisturís, pinzas y espátulas, un instrumental propio de un cirujano o un forense. La restauración de documentos antiguos es un proceso especialmente delicado, que puede llevar semanas. "El objetivo es que permanezcan inalterables otros 500 años", señala Pedro Barbáchano, jefe técnico de restauración del Archivo de Navarra.

Su empresa, Barbáchano y Beny, lleva asumiendo esta labor desde mayo de 2005. Barbáchano sostiene en sus manos el Becerro de Leire, libro al que han devuelto su encuadernación original en tapas de haya y piel marrón. No sólo tiene que tratar el papel o el pergamino, sino la madera y la piel. "Es un trabajo multidisciplinar", apunta.

Para él, los documentos que llegan al laboratorio son enfermos a los que hay que diagnosticar. "Hace falta erradicar las causas del deterioro y aplicar tratamientos curativos", sostiene.

En la "ficha de bienvenida" de cada documento se detallan todos los males: perforaciones, quemaduras, pliegues, arrugas, cortes, grietas, oscurecimiento... Hay ocasiones en que el primer paso consiste en fumigar el papel, en los casos en que se detacta un deterioro producido por efecto de los insectos o los hongos.

Cada obra llega en condiciones diferentes, pero lo más común es realizar una limpieza superficial para eliminar las manchas de humedad o las cintas adhesivas, pero antes hay que realizar una analítica de las tintas para comprobar si son solubles o no. El lavado se realiza en agua templada, a unos 30 grados de temperatura.

Pedro Barbáchano muestra un documento en el que se puede apreciar el trazado de las líneas en las que reposa la caligrafía. "Está realizado con punta metálica. La huella que deja el paso del tiempo aporta información que hay que respetar", señala.

En el laboratorio se utiliza una cámara de humectación y succión para aplicar vapor frío al pergamino y secarlo. "Al hidratarlo, el pergamino se queda como un chicle", comenta Barbáchano. Pero no todo son técnicas sofisticadas. Las grietas y desgarros se reparan a golpe de aguja, una técnica que no ha evolucionado desde la Edad Media. "Tiene la ventaja de que permite los movimientos del soporte original, sin crear tensiones y deformaciones", aclara Raquel Pérez, técnica del laboratorio.

La restauración de un pergamino grande, como los aportados por la Catedral de Pamplona, puede llevar entre dos y tres semanas. "El secado tiene que ser progresivo y lento", apuntan. Tres o cuatro días para un documento de papel y al menos una semana para un pergamino con peso ligero.

 

 

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