PATRIMONIO ARCHIVÍSTICO

Publicado el: 09/05/2020 / Leido: 8967 veces / Comentarios: 0 / Archivos Adjuntos: 0

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PATRIMONIO ARCHIVÍSTICO

FUNDAMENTO DE IDENTIDAD


Cuando hablamos de Patrimonio, lo que primero se nos presenta como idea es aquello que significa riqueza, herencia y proyección. Deducimos que poseer abundancia patrimonial significa, en términos comunes, ser rico. Esta acepción puede darnos pautas de los pueblos son colectivamente ricos, gracias a que hemos recibido de nuestros mayores una herencia de valor incalculable. El Patrimonio Archivístico que poseemos lo hemos heredado de personas e instituciones. Lo realizaron hombres y mujeres de otros tiempos. Sus actos y creencias, hechos materializados en unos documentos que testimonian nuestra identidad, nuestro pasado. Los documentos son los vestigios de un transcurrir continuo de la vida a través de generaciones. Su cultura.
La generación presente dispone de medios para la conservación de la herencia documental recibida, Los sistemas preventivos y de conservación de los soportes de archivo, han proliferado en gran forma, lo mismo que los sistemas para conservar la información contenida en estos documentos. Ninguna generación anterior, tuvo los conocimientos y medios como ahora, eso obliga a conllevar una responsabilidad por mantener todo este caudal para el futuro. Si bien las leyes son fundamentales, se trata más bien, de concienciación de las personas y de los colectivos.
En este sentido, es necesario dar varios pasos para abordar, el análisis, la prevención, la conservación y la utilización del patrimonio documental. Hace más de treinta años, la UNESCO definió lo que entendía por Patrimonio Natural y Patrimonio Cultural. El Patrimonio Archivístico se incorpora en el Patrimonio Cultural, junto a las obras arquitectónicas, obras de arte, esculturas y de pintura. Elementos y estructuras de carácter arqueológico. Inscripciones, cuevas y corresponde también al Patrimonio Social, por su representatividad a agrupaciones humanas, con un valor demostrativo desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia.
Pues bien, los documentos, al ser producto netamente social, responden al contexto de la identidad de los pueblos. De cada generación, depende su conservación y acrecentamiento, o su mutilación, esto último constituye un desastre cultural. El Patrimonio Documental es uno de los aspectos que se consideran en la actualidad de la fórmula civilizada del desarrollo sostenible, que es un buen camino para conservar y acrecentar. El desarrollo sostenible, exigente, pasa por gestionar adecuadamente el ciclo del agua, por conservar la costa y el medio marino, por proteger la montaña, de buscar que la población se mantenga en su hábitat tradicional y no abandone los escenarios de su vida por motivos económicos. El Patrimonio Archivístico, es territorio común de estas comunidades, y simboliza que todos somos más libres, al tener un conocimiento claro y ordenado de su pasado.
Pero también debemos considerar que el patrimonio documental no es solo de una comunidad, sino que es patrimonio de una comunidad mayor en la que estamos insertos: la humanidad entera. Siempre fue el momento adecuado para la reflexión, para adoptar medidas certeras y de alcance en el comienzo de este milenio.
Consciente de la multiplicidad de planos concluyentes, el Patrimonio Archivístico corresponde a un Patrimonio Social de una indisociable, considerados desde el aspecto crítico por su carácter integral, se hace imprescindible la intervención de especialistas en campos diversos, tales como la Sociología, la Historia, la Geografía, el Derecho, el Arte, la Arquitectura y que ponen de manifiesto la necesidad de preservar su riqueza, material e inmaterial, de los peligros que amenazan: depredación y capacidad destructiva y transformadora del medio ambiente merced a máquinas hasta "avasalladoras", inadecuación de medios a necesidades, pérdida de bienes, ausencia de voluntad y planificación políticas, etcétera.
De ahí también, de ese carácter público y privado, individual y colectivo, del Patrimonio Archivístico, que debemos participar en la defensa del Patrimonio Archivístico en su sentido amplio.

UNA RELACIÓN DE FUTURO


El principio del que partimos es dual: por un lado tenemos al Patrimonio Archivístico Cultural e Histórico, concebido como el conjunto de bienes materiales e inmateriales que han sido creados por la sociedad a lo largo de su historia y después de haber realizado un análisis previo, consideramos que merece la pena conservar. Podemos entonces, signar como característica propia de este patrimonio en particular, la intervención de la mano humana, como bienes hechos o manipulados por las personas; contraponiéndose a la naturaleza propia del Patrimonio Natural, conceptuado como el conjunto de bienes medioambientales que no han sido alterados o manipulados por la mano humana.
El Patrimonio Archivísticos tiene tendencia a una legislación propia, específica e independiente, puesto que hablamos de una formación profesional sistemática específica, con grados de incidencia social acorde con los alcances mismos de la producción documental; Genéricamente se inserta en el Patrimonio Cultural, cuya frontera de la Natural es la actividad humana, el Patrimonio Archivistito tiene sus límites en la actividad legal y jurídicamente constituida.
Los elementos del Patrimonio Archivístico, realizados y manipulados por la sociedad, "viven" y se colocan en un contexto propio, de ahí que tiene sentido su aislamiento al tomarse medidas e iniciativas de protección, de normativas, de administración y de procedimientos que se dan en los gobiernos, con mayor eficacia cuando se trata de municipios y comunas.

SOBRE EL PATRIMONIO ARCHIVÍSTICO


Entre los aspectos principales para la adecuada conservación del patrimonio, está la denominada Descripción Colectiva, cuyo fundamento consiste en conocer la riqueza documental en cada una de las regiones geográficas, donde el Patrimonio Cultural es considerado como prioridad y necesidad. 
Debemos considerar también que a la división de los bienes culturales en tres apartados: inmuebles, muebles e inmateriales. Se debe añadir por características propias el "Patrimonio Archivísticos"
Normalmente, es competencia exclusiva del Estado dictar leyes protectoras del Medioambiente y de su riqueza cultural
Es necesario crear entonces, ámbitos o espacios en los que existan acercamiento entre los mecanismos de protección establecidos para los bienes culturales y los previstos para los bienes archivísticos, separados ambos pero no opuestos. Pues, este acercamiento es un camino razonable para lograr objetivos trazados en las iniciativas de conservación o protección.
Entre las normativas de Patrimonio Archivístico, se debe destacar un texto legislativo básico que enuncie concretamente los términos "Patrimonio Archivístico". Y que establezca, que la actuación de la Administración Públicas en favor de la preservación de la diversidad documental del Patrimonio Archivístico, se basará principalmente en los dictámenes de los profesionales de Archivos y Conservadores.
En su declaración de objetivos es lo lógico suponer que debe quedar claro la misión de proteger, preservar y utilizar ordenadamente la obra documental.

LA CONSIDERACIÓN DEL CONTEXTO


En la tramitación del expediente de declaración como Bien de Interés Cultural de un documento, grupo o Fondo. Deberá considerarse sus relaciones con la instituciones que prestan o prestaron funciones en el área territorial a que por derecho y naturaleza pertenece, de modo que sea comprensible su Principio Archivístico de Procedencia y Pertenencia, y se comprenda fácilmente su contexto, pues se debe tener muy en cuenta que un documento al ser declarado Bien de Interés Cultural es inseparable de su contexto. Podemos suponer con este texto que en un contexto se incluyen las instituciones originales del bien, aunque no tengamos base alguna para su delimitación.
Se entiende por contexto de un documento declarado de Interés Cultural o catalogado de Interés Local, el espacio, físico, intelectual o virtual, próximo y relacionado con la existencia del documento, que permite su adecuada percepción y comprensión, considerando tanto la época de su creación y desenvolvimiento, como su evolución histórica, que da apoyo cultural al mismo y que permite la plena percepción y comprensión cultural del documento y cuya alteración puede afectar a su percepción o a los valores del mismo. El contexto puede incluir edificios, como archivos o depósitos documentales.
Sería lógico pensar que la Administración de la Cultura hubiera incluido entre sus finalidades de gestión y protección, a los fondos y colecciones documentales ante la posibilidad de que no existiera otro Organismo que recogiera esta obligación.

LAS EVALUACIONES DE IMPACTO AMBIENTAL


Antes de la aprobación de cualquier proyecto de una tipificada serie de obras públicas, se debe realizar un trabajo sobre el impacto ambiental que causa, con el fin de prevenido, modificando la obra para paliar sus efectos negativos o, simplemente, no ejecutándola. Las posibilidades de aprovechamiento de esta norma para la protección y la documentación del Patrimonio Cultural Archivístico son benéficas.
Es menester entonces que en algún articulo consecuente se mencione que en la tramitación de Evaluaciones de Impacto Ambiental que puedan afectar directa o indirectamente a bienes culturales calificados o inventariados, como los documentos, fondos o colecciones, la Administración competente (que debería ser en buenos términos un Archivo General)  recabará los informes necesarios para incluir en la declaración de Impacto Ambiental las consideraciones o condiciones resultantes.
Debemos comprender que, los archivos son ámbitos comunes efectivos para la investigación del conocimiento y de la historia en ultima instancia. Es de considerar entonces que la normativa relativa a los bienes culturales debe figurar dentro del concepto de medioambiente, de modo que exista cooperación entre Cultura y Medioambiente casi se podría decir obligatoria. Personas expertas en un tipo de Patrimonio Archivístico han de trabajar codo con codo con las expertas en el medioambiente y salud ocupacional. Todo un mundo de promesas.

RELACIONES ENTRE LA NORMATIVA DE PATRIMONIO ARCHIVÍSTICO Y LA PLANIFICACIÓN TERRITORIAL

Se recomienda, en la normativa referida al Patrimonio Archivístico, la participación de los archiveros en las políticas de ordenación, en las diversas fases de los programas de ordenación territorial, lo que nos lleva al respeto del principio de procedencia; asegurando la colaboración sistemática entre archiveros, sociedades científicas e históricas.
Es necesario comprender que establecer una conexión entre Planeamiento territorial y protección de los bienes culturales obliga a los Municipios a redactar Planes Ordenación de los territorios, con la preservación de sus archivos y documentos. La legislación, en estos casos es la primera herramienta de protección de los bienes culturales. Para ello, personas expertas en la gestión cultural y archiveros deben sentarse en las mismas mesas y estar presentes en los mismos foros que las dedicadas a la gestión medioambiental, que supone ya un paso hacia una coordinación objetiva.
La expresión "cultura", de enorme amplitud de su significado, puede elegir aspectos medioambientales. Estos aspectos deben estar siempre en el marco de la organización política, pero sobre todo nos basamos en lo declarado por la Conferencia Mundial sobre Políticas Culturales en México en 1982 (UNESCO): "...la cultura puede considerarse actualmente como el conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o un grupo social. Ello engloba, además de las artes y de las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores".
Una definición como esta parece renovar algo que anunciamos al principio, de hablar del Patrimonio Social que incluye también los aspectos del medioambiente, que hace una realidad en la convivencia de una sociedad o un grupo social.
La posibilidad de hacer leyes, modificar conceptos y diseñar educaciones sería mas operativa si los gobiernos, en cualquier magnitud, toman conciencia, y a veces basta con una cooperación sistemática entre las Instituciones encargadas de la gestión del Patrimonio Archivístico y las responsables de la gestión del Patrimonio Cultural, cooperación que debe cubrir aspectos como:
1. Integración del Patrimonio Archivístico como unidad independiente dentro del Patrimonio Cultural
2. Coordinación en políticas de medioambiente y de bienes culturales.
3. Unificación en los programas de difusión tales como rutas turísticas, visitas guiadas, excursiones, con acceso a algunos archivos de interés comunitario, etc.
El primer trabajo, ya lo anunciamos es realizar una Descripción Colectiva, realizar un extenso inventario de existencia, los contextos se cifran como las entidades protagonistas de la creación documental. Se conciben estos contextos como parte integrante de las propias instituciones que hacen a la sociedad circundante, lo que permiten comprender las variables de su formación. Así, se supera la escala actual de protección, tanto legal como física, y se genera conceptos modernos sobre la identidad de los pueblos.
El reto de la conservación es la piedra angular del final del siglo XX y se proyecta sin vacilar hacía el XXI. Las iniciativas son muchas, las ideas suelen ser buenas, pero la dispersión y la ausencia de coordinación juegan en contra.
En el análisis de nuestra realidad, como parte integrantes de humanidad, nuestra historia como seres sociales, debemos asumir una educación, que haga conciencia en el futuro, que nuestro medio no puede ser maltratado; nos preocupa la capa de ozono, la polución, las especies en peligro de extinción y los bosques quemados. En estos casos es razonable que los gobiernos redacten normas y prevean fondos para su ejecución.
El Patrimonio Archivístico tiene también bienes en peligro de extinción, que no son recuperables, y que forman asimismo nuestra identidad, además de sostener los fundamentos y raíces de nuestra historia. Tener separadas y de espaldas las iniciativas de protección de estos bienes no son en absoluto operativo.
Es circunstancial, pero necesario comprender que una progresiva evolución del concepto mismo de documento protegido y de las implicaciones que conlleva para la población la adopción de este concepto. No siempre es comprendida cuando se imponen las reglas desde un gobierno centralizado, distante y no siempre comprendida, ha de ser mejor siempre, que las medidas surjan desde las administraciones municipales, mucho más próxima a las necesidades y son más sensibles a sus preocupaciones e inclusive, pueden instrumentar la gestión con todos los actores implicados.

Víctor Hugo Arévalo Jordán.

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