El Archivo visto desde el arte, parte 1.

Publicado el: 22/10/2012 / Leido: 7845 veces / Comentarios: 0 / Archivos Adjuntos: 0

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Epidermis.

 (Artículo publicado originalmente en ARCHIVAMOS nº 02 2012. Versión sin editar)

El Archivo visto desde el arte, parte 1.

Jorge Blasco Gallardo.

www.amateurarchivist.net

@amteurarchivist

Este segundo artículo explora los vínculos entre una ciencia, la Archvísítica y eso que desafortunadamente se ha dado en llamar"arte de archivo".

En ese sentido es interesante como muchos artistas se han acercado al tema de una manera que podría llamarse prearchivística, donde los documentos eran más importantes que la manera en que se organizaban o, incluso a, la manera de cierta arqueología, que ha primado la recuperación de documentos o grupos de documentos sin prestar atención a la forma en que una u otra civilización los organizaba.

Este es un problema que ha tenido el llamado "arte de archivo", sobre todo aquel que tenia como destino el museo. Ello no quiere decir que trabajos organizados en torno al ítem y no a la organización no sean instrumentos de reflexión válidos, pero si queda claro que obvian la parte más propia de los archivos.

También hay que tener en cuenta a la hora de entender ciertas incomprensiones la diferencia de soporte y contexto de ubicación: el depósito frente a la sala de exposiciones donde lo que se crea, se crea para ser visto, observado desde el primer momento.

¿Qué utilidad puede tener para los archiveros esta proliferación de archivos y sucedáneos? Bien, en primer lugar acceder a una epidermis de su profesión o de su objeto de trabajo, una epidermis construida por autoras/es de sobrada solvencia en el terreno del arte. Acceder a construcciones visuales de lo que un público bien formado piensa cuando usa la palabra Archivo o archivos. Porque ese término ha acogido otros artefactos y lugares que no se encuentran reflejados en la ciencia archivística pero sin embargo si participa en ellos tanto ahora como en otros momentos de la historia. Así memoriales, gabinetes, colecciones, repositorios, grupos de imágenes, etc., han pasado a engrosar el amplio cambio semántico del término Archivo.

Por el momento merece la pena centrarse en uno de eso lugares, los memoriales, que el "arte de archivo" ha acercado a la forma archivo expuesto hasta casi convertir esta forma en un género. En las imágenes que acompañan este texto se pueden ver stills de un video amateur de la visita al Memorial de la iglesia de Ntamara en Ruanda, hecho con pocos recursos pero similar en sus composición a muchos otros que desde fuera de la profesión de archivero se han querido llamar"de archivo".

No hay duda que los exhaustivos archivos del holocausto y su exposición profusa en memoriales y museos algo tienen que ver con este cruce de costumbres: archivar y exponer. Los mismo podemos decir con los procesos de la memoria y su materialización en exposiciones callejeras, u otros espacios más perennes. Por supuesto el trabajo archivístico ha servido como garante de derechos y utilizado en procesos judiciales dado el carácter probatorio inherente al documento. En el cono sur existen al menos dos generaciones de artistas de la memoria, una que sufrió los procesos y otra que ahora parece querer archivar y a la vez exponer los trabajos de la primera para que no se pierdan.

Si nos vamos a Colombia, asociaciones como Hijas Hijos contra la impunidad en casos de izquierdistas desaparecidos o los falsos positivos en la época de Uribe, practican en la ciudad las galerías de la memoria con material de sus archivos, retratos y datos, llevando estrategias del arte y la protesta a un territorio que está a medio camino entre una y otra.

Así la relación memorial-arte-archivo parece existir independientemente de juicios de disciplinas, se por la utilización de documentos o por la identificación que el ciudadano hace de su agrupació con el Archivo y los archivos.

Sin duda la mayoría de los memoriales han recurrido a formas más o menos sugerentes, la profesora Erika Rossen, de la universidad de Colorado, en su conferencia MEMORIALMANIA (http://www.youtube.com/watch?v=IbZCzim8Os4&list=PL7239A0A59ABEBB64) , hace un buen recorrido por la cultura y problemas de lo que ella llama así en la sociedad estadounidense.

En general, en el territorio que se suele llamar"Occidente", o mejor dicho, en países con un alto nivel económico, se tiende en los últimos tiempos a un contagio de formas escultóricas metafórico-simbólicas donde la información que se obtiene es decepcionante, muda. En otros lugares, que también construyen memoriales a tragedias recientes -genocidios, guerras-, y que son tan occidentales como los otros (con la diferencia de que su pertenencia a occidente es un regalo del colonialismo y ahora de la economía globalizada) la construcción de esos lugares apela a la puesta en funcionamiento y organización de objetos en espacios de la tragedia, gabinetes que no son de curiosidades si no de cráneos y restos pulcramente organizados.

Nadie debería extrañarse de que estos lugares y composiciones hayan sido incluido dentro del gran término Archivo, y en lo que este texto defiende como una forma de expresión llamada"archivo-expuesto". Baste una mirada a las imágenes para entender como en ese terreno de nadie se respeta el principio de producción y que sin duda los cráneos son el resultado de una facción guerrera en el ejercicio de sus funciones. Quizás se mezcle un trasunto temático, la tragedia, pero jugando con las palabras más ortodoxas de la definición de archivo vemos como éstas son moldeables para entender un mundo que habita en una cultura de Archivo, consciente o inconscientemente, una cultura que debido al gran poder del los archivos y el Archivo se extiende como una mancha de aceite por todos lados de la realidad.

En este acercamiento a las relaciones entre Arte y Archivo es consecuente que se hable de obra artística, en este caso de un artista que a conseguido grandes éxitos en el terreno del archivo-expuesto, en el contexto de producción de lo artístico: Boltanski (imagen 4). Basta ver una de sus piezas para entender que la"gramática de la pena" está presente, aunque no haya pena ninguna que velar (por cuestiones de derechos de autor sólo hay presente en este texto un retrato del artista, pero en él se pueden ver algunas de las cajas y fotografías que usa. En cualquier buscador se puede acceder a un buen número de sus obras). Casi como un analista del tráfico de objetos del duelo, el artista nos pone ante los ojos y hace obvia nuestra relación con los objetos, la pena, la desaparición, aunque curiosamente no halla más pena que la que cada uno porta.

Su instalaciones se asemejan a almacenes de objetos perdidos, de cajas de pertenencias de muertos y otras a latas acumulas de cenizas que nunca vemos pero que suponemos está dentro, todas ellas identificadas con nombre o fotografía.

El trabajo de este artista lanza un reto a los profesionales del archivo y los que nos interesamos por él y por su difusión ¿como resolver la relación entre archivo y exposición? Este artista plantea el problema así, en una visión algo primitiva del archivo pero que, al fin y al cabo, habita el inconsciente de los humanos al menos desde la apertura de los campos nazis.

La pregunta final es la de siempre ¿por qué las exposiciones de archivos son históricas y nunca explican algo tan complejo y que habita la mente del ser humano como es la gestión de información? ¿por qué cuando se intenta explicar un archivo se hace mediante paneles impresos que al lado de la complejidad de la maquinaria archivística no son más que torpes intentos de pedagogía?

Algunos artistas ya clásicos dan pistas sobre como llevar a cabo una autoreflexión sobre el Archivo y los archivos en el terreno expositivo. Seguiremos viendo.

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