FUTURO SOCIAL y EL DESARROLLO INFORMÁTICO EN LATINOAMÓRICA

Publicado el: 21/03/2012 / Leido: 13384 veces / Comentarios: 0 / Archivos Adjuntos: 0

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FUTURO SOCIAL y EL DESARROLLO INFORMÁTICO EN LATINOAMÓRICA

VÍCTOR HUGO ARÓVALO JORDÁN

La Revolución Industrial se caracteriza principalmente por el desarro­llo de la máquina - herra­mienta, que sustituye la fuerza del hombre influ­yendo sobre las estructuras socio - económicas, apoyando en forma deci­dida a un sector de la po­blación económicamente fuerte: La burguesía.[1]

La sociedad burguesa, "en el apogeo de su desarrollo se halla ahora en los umbrales de nuevas posibilidades; en su seno se están desarrollando nuevas fuerzas producto­ras que por primera vez en su historia nos acercan a la civilización de la abundancia, a la posibilidad de una re­partición dife­rente a la de otras épocas. pero en su polo opuesto se concen­tran las po­derosas fuerzas de dominación que tienden a preservar el trabajo deshu­manizado, la gestión enajenada, la propiedad privada de los medios de producción, el abuso de la técnica, las formas caducas de una organización social que no está en condiciones de dominar sus propias creaciones".[2]

En este terreno de contradicciones surge el ordenador, al igual que la máquina - herramienta, tiende a sustituir al hombre, en funciones que hace apenas unos años correspondían al intelecto humano; la capacidad de to­mar decisiones.

El desarrollo social no queda entonces sujeto a las limitaciones psi­cofisiológicas del hombre, se amplía ante la posibilidad de enviar o recibir información que es mejorada por el ordenador, en forma tal, que lo que un hombre tarda un minuto en re­cibir o transmitir, la máquina lo hace sólo en milésimas de segundo. "Se juzga que en todas las bibliotecas del mundo existen alrededor de mil billones de carac­teres; pero existen computadoras electrónicas que son capaces de almace­nar un billón de signos y que puede responder al ritmo de la conversación".[3]

Los pueblos latinoameri­canos, entre otros, dependen tecnológica mente de países más desa­rrollados; esta relación refuerza la dependencia económica, la cual se convierte en un factor que aumenta el abismo exis­tente entre los países de­sarrollados y los que no los son.

El avance logrado por los países en vías de desarrollo, en este campo es realmente insignifican­te, comparado con el de los países indus­trializados.

La tecnología informática empleada en países americanos es la de­sarrollada en las naciones productoras de ésta industria, proviene princi­palmente de los Estados unidos, Japón, Alemania e Italia

Hasta la década de los 70, los países que componen la supuesta co­munidad latinoamericana, concentraron los ordenadores en un 80% en las capitales; situación que refleja gran ausencia de éstas en las zonas rurales. Aproximadamente el 40% del costo total de los equipos instalados es cu­bierto por sector público y el 60% por el privado; sin embargo, el 90% de los equipos grandes y un 70% de los medianos, están instalados en institucio­nes del sector público. La aparición de los miniordenadores, modificó en gran forma esta situación, no obstante que no se pierde la dependencia de los países productores de artículos informáticos.

Si analizamos la utilidad del ordenador desde el punto de vista ar­chivístico, observaremos que la iniciativa privada de los países americanos, utiliza sus equipos de cómputo, en un 98%, para la más rápida y efectiva realización de actividades de registro e impresión de documentos.

Los usuarios de los productos informáticos cuentan con mercados bien determinados. Sus productos son, en su mayoría, bienes de consu­mo y sus necesidades no van más allá de lograr una eficiente administra­ción del papeleo interno. Esto ha motivado que la demanda de trabajo de técnicos en computación se circunscriba a programadores y analistas con conocimientos mínimos para sustituir trabajos manuales con el ordenador.

Por otra parte, los proveedores y las escuelas técnicas privadas pre­paran al personal sólo de acuerdo con las necesidades del mercado, creando un círculo vicioso, el cual origina que difícilmente el ordenador se utilice para realizar cambios notables en el funcionamiento de las organi­zaciones de capital privado de estos países.

Uno de los problemas más graves de nuestra época es la falta de control de la producción documental que trae consigo una pérdida de efi­cacia de los Archivos en su labor de recolección (reunión) y custodia (seguridad), acrecentando los factores que intervienen en la Selección, sin enumerar los distintos problemas que se presentan al realizar los Auxiliares Descriptivos.

Todo esto comporta serios problemas creando inseguridad y desco­nocimiento de las posibilidades reales de cada Archivo, llegando inclusive a un bloqueo parcial o total de la labor de difusión, tanto en lo que se refie­re a la utilización de la información como el riesgo que conlleva la pérdida de los mismos.

Esta situación se acentúa más, cuando una gran mayoría de profe­sionales que dirigen o controlan los diferentes niveles jerárquicos de una institución, desconocen las posibilidades de aplicaciones de los ordenado­res para realizar investigaciones y tareas de carácter no rutinario; además, carecen de técnicas matemáticas o de otra índole que permitan usar al or­denador para desarrollar y transformar a la empresa. Gran responsabilidad de estas situaciones se debe a la aparición de soportes lógicos con rutinas preestablecidas.

Tomemos en cuenta también, que la mayoría de los equipos instala­dos en el sector público y privado se utilizan en porcentajes muy por abajo de su capacidad, lo que motiva que muchas de estas instalaciones son puestas a disposición de terceros con el propósito de atenuar los costos demandados por el mantenimiento y renta.

Este hecho muestra que las decisiones de adquirir una ordenador y, en especial, la configuración y modelo de ésta, son tomadas a la ligera, o son superficiales o se dejan en manos de los proveedores, lo cual no ga­rantiza la mejor selección.

La formación de técnicos en este campo ha quedado básicamente en manos de proveedores,  lo que se antoja perjudicial para las instalaciones; los proveedores tienen como interés prioritario la expansión y crecimiento de su empresa y no el desarrollo de la institución usuaria. Las técnicas de uso y soporte, proporcionadas por el proveedor, para el manejo de estos equipos, son propios del país fabricante y han surgido de un medio donde la mano de obra es escasa, contrario a lo que sucede en la región; por tanto, al ser empleadas tales técnicas, para la sustitución de labores manua­les administrativas, se refuerza el gran desempleo y subempleo de estos países.

El sector público, ha creado centros de investigación y desarrollo dentro de Instituciones gubernamentales y descentralizadas, donde el orde­nador es utilizado para fines de optimización de recursos e incremento de la producción. También en algunas universidades se cuenta con centros donde se desarrollan aplicaciones y procesos dirigidos a la solución de problemas presentes en grandes sectores de la población, trabajos que da­rán resultados con la aplicación del ordenador y su revisión constante.

Los ordenadores representan un enorme costo para países con esca­sos recursos y balanzas deficitarias. Adquirir grandes equipos sin recuperar el capital invertido en insumos informáticos o aprovecharlos para un desa­rrollo social, significa que los costos sean más gravados, si consideramos que los equipos tiene que ser actualizados en forma permanente, bajo la responsabilidad de las organizaciones usuarias.

Si observamos cuidadosamente los aspectos de crecimiento, costo, y sobre todo, formación de técnicos, enfrentamos un futuro con una difícil si­tuación, ya que de no cambiar el rumbo actual, lo único que haremos, será incrementar el despilfarro en el uso de técnicas poco apropiadas al desarro­llo social de nuestro países, incrementando nuestra dependencia econó­mica, generadora a su vez, de fuertes desequilibrios internos.

El problema no radica en el ordenador en sí, depende de la forma como se los utiliza, esto implica la necesidad de analizar correctamente las implicaciones de su uso, sea al reducido nivel de la institución, sea conside­rando el problema en forma global a nivel de la sociedad circundante, to­mando en cuenta sus posibles repercusiones sociales.

Independiente de estos actos citados, se produce más daño en los Archivos, como consecuencia del manejo de INFORMACIÓN realizado por personas no especializadas, que, desconociendo los métodos de recupera­ción de información, realizan trabajos consuetudinarios subjetivos, que si bien solucionan problemas momentáneos de las instituciones, no logran un servicio idóneo de INFORMACIÓN adecuada, con las consiguientes consecuencias económicas de estas Instituciones.

Son razones valederas para estudiar las distintas características den­tro de cada sistema propuesto, tomando en cuenta los avances tecnológi­cos y de la ejecución de Auxiliares Descriptivos supeditados a un eje princi­pal de trabajo.

Los Auxiliares Descriptivos realizados en los Archivos deben propug­nar el apoyo a un amplio espectro de ciencias; sobre todo en los documen­tos modernos, cuyo contenido es muy diverso y específico.

La búsqueda e inmediata localización de información requerida o do­cumentación que facilite la lectura de contenidos documentales, se ha con­vertido en un problema fundamental en el desarrollo de la investigación científica y en los distintos aspectos burocráticos de las Instituciones. Está necesidad deja de ser un campo exclusivo de la profesión documental para extenderse al ciudadano medio, que requiere mayores conocimientos sobre la amplia variedad de temas que son de su interés.

Está necesidad se da sobre todo en el área de profesionales no ar­chiveros, que permanentemente reúnen documentos que han de ser consul­tados en su futuro mediato o inmediato, con los consiguientes problemas de acumulación de papeles que entorpecen una rápida ubicación de la in­formación requerida.



[1] Pecujlic, Moroslav. op. cit.

[2] Marx, Carl. Engels, Friedrich. Manifiesto del partido comunista. Lenguas extranjeras. Moscú. 1969.

[3] Pecujlic, Moroslav. op. cit.

Publicado el: 21/03/2012 / Leido: 13384 veces / Comentarios: 0 / Archivos Adjuntos: 0

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