Publicado el: 01/11/2008 / Leido: 22112 veces / Comentarios: 0 / Archivos Adjuntos: 0
Saltando muchos decenios, nos llega un testimonio reciente tanto del estado en que se encuentran muchos archivos parroquiales bolivianos del campo, como de la actitud de una parte del clero. En los años sesenta, un párroco extranjero del obispo de Potosí atiende esporádicamente la feligresía de Porco; allí se descubre "el montón de libros y papeles que había en la vieja sacristía, en el más desastroso desorden, pero guardado celosamente por los indígenas del lugar..."; confiesa no haber tenido la oportunidad de examinarlos (el trabajo urgente, el frío...) y concluye: "Espero que otro más capacitado que yo llegue un día a revelar el secreto del verdadero origen de Santa Rosa" 1
Por fin, debemos mencionar la reciente campaña de microfilmación de archivos parroquiales, emprendida también en Bolivia por los mormones, a través de su sucursal, The Genealogical Society of Utah. Tras diferentes gestiones iniciadas en 1980 con la conferencia Episcopal Boliviana y con resultado diverso en cada obispado (conozco, si, una favorable circular del obispo de Potosí a los párrocos de aquella diócesis, con fecha de 20 de octubre de 1980, para que faciliten la realización de las tareas de microfilmación), hoy el trabajo se encuentra en una fase bastante avanzada (he podido ver los inventarios del material reproducido correspondientes a las circunscripciones eclesiásticas de Cochabamba, Oruro, La Paz y Santa Cruz)
Aparte el hecho de que esta iniciativa sin duda salvará de la pérdida una parte del material, cabe señalar la doble condición convenida: dejar una copia de todo el material microfilmado en la Biblioteca Central de la Universidad de La paz y otra del material correspondiente a cada obispado en la sede episcopal del mismo.
Cierta o falsa la hipótesis de Moreno, sabemos que también una parte importante de la documentación generada por la administración civil de Mojos; trasladado el resto en fecha incógnita a Chuquisaca, allí lo encontró y no precisamente en condiciones envidiables- Moreno, catalogándolo y estudiándolo (2)
En una entrega anterior hable del papel salvador del archivo del colegio de Propaganda Fide de Moqueta que cupo a fray Andrés Herrero; ahora puedo añadir que esta documentación se encuentra, además del Convento de la Recoleta de La Paz, en el Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú (Lima),(3)
Hoy día conocemos de forma muy precisa la importancia fundamental que para el primer medio siglo de vida republicana tuvo el atributo indio. En esta maquinaria las parroquias prestaron servicios sin par a los revisitadores. Aquí interesa dejar constancia de un efecto archivístico: el 6 de diciembre de 1836 el ministerio de Hacienda comunicaba al arzobispado metropolitano de la Plata, se sirviera instruir a todos los párrocos que, a partir el 1 de enero de 1837, llevaran libros sacramentales propios y exclusivos de indios, a efectos de facilitar el control demográfico imprescindible para el buen funcionamiento de las urbes tributarias; la innovación es de monta, como que se insinúa suspender por seis meses a los renuentes y entablar proceso canónico a los reincidentes. La medida, ya importante por si misma, sirve para informarnos- además- que " se ha notado en algunas parroquias rurales la falta absoluta de libros en años atrás" y alude a una Suprema Orden del 17 de septiembre de 1829 (4)
Los jesuitas habrían hecho desaparecer cuanto papel existía sobre la gestión espiritual y material de las misiones |
Sobre la Universidad de San francisco Xavier de Chuquisaca se ha dicho que ya en 1653 contaba con una biblioteca valorada en 20.000 pesos; en la segunda mitad del siglo siguiente, tras la expulsión de sus gestores, los jesuitas, las juntas locales de Temporalidades no demostraron especial celo en conservar aquel patrimonio: de la biblioteca del colegio de Potosí, si bien se decidió traspasarla a la Universidad Chuquisaqueña, se sabe que sufrió paulatinas sangrías, al punto de que en 1796, siendo bibliotecario el Dr. Andrés Rojas, la Universidad remató 3.259 libros truncos a un real cada uno. En 1798 habría cambiado de local. Por su parte, la Academia Carolina, que tenía biblioteca propia, también fue víctima de la voracidad desenfrenada: en 1819 el encargado, José D. Cueto, levanto su inventario con poco trabajo, pues apenas si restaban diez títulos. Su archivo estaba reducido a 2 legajos de "expedientes antiguos y otro de nuevo ingreso de los académicos", a 8 libros de asistencias y " un lío de disertaciones" (5)
La biblioteca del arzobispo Moixó no tuvo mejor suerte: fallecido el prelado catalán en su destierro de Salta (1816), los canónigos se la repartieron (IBID.,p. 111), sin que hayan llegado a nuestros días más que piezas sueltas insignificantes, cuyo último paradero conocido es la Biblioteca que custodia el colegio San Cristóbal de Sucre.
Es bien conocida la colección reunida y salvada por Moreno sobre el período postjesuítico de las misiones de Mojos y Chiquitos. La pregunta pertinente es: ¿Qué se hizo de los papeles al salir éstos de aquellas regiones en 1768? Moreno construye su hipótesis: los jesuitas habrían hecho desaparecer cuanto papel existía sobre la gestión espiritual y material de las misiones: " Al primer indicio o rumor acerca del golpe que se les preparaba, los Padres se habían cuidado muy bien de quemar los legajos correspondientes, que eran casi todo su archivo".(6)
(1) CORNELIO ALAPIDE: BOLIVIA, CON DIOS O CON EL DIABLO, Buenos Aires, Fontis, 1977, p. 46
(2) S.CLARO: "La musica en las misiones jesuitas de moxos", REVISTA MUSICAL CHILENA, Santiago, XXIII/108 (1969).
(3) F. DOMINGUEZ: EL COLEGIO FRANCISCANO DE PROPANGANDA FIDE DE MOQUEGUA, Madrid, 1955 p. 24
(4) Archivo Parroquial San Pedro, Potosí, Libros de matrimonio, II, 1838-1870, fols. 1-1v
(5) VALENTIN ABECIA: "Historia de Chuquisaca", BOLETIN DE LA SOCIEDAD GEOGRAFICA DE SUCRE, VIII ( 1908) (109-111)
(6) GABRIEL RENE MORENO: CATALOGO DEL ARCHIVO DE MOJOS Y CHIQUITOS, La Paz, Juventud, 1974, p.30
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