Elaboran manual de paleografía de los siglos XVI, XVII y XVIII

Publicado el: 13/05/2015 / Leido: 4463 veces / Comentarios: 0 / Archivos Adjuntos: 0

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Elaboran manual de paleografía de los siglos XVI, XVII y XVIII

En un comunicado del INAH, la experta explicó que la paleografía es una técnica que requiere de práctica y paciencia. TWITTER / @INAHmx

o    Isabel González Sánchez, investigadora del INAH trabaja también en un glosario

El libro servirá para que las nuevas generaciones puedan leer y transcribir textos antiguos

CIUDAD DE MÉXICO (12/MAY/2015).- Para que las nuevas generaciones conozcan la paleografía (técnica para leer y transcribir textos antiguos) y realicen investigaciones de primera mano, Isabel González Sánchez, investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), elabora un manual en esta materia.

La investigadora resaltó que es fundamental que las nuevas generaciones conozcan y aprendan la paleografía, por lo que trabaja en un manual del que lleva 60% de avance y que será el primero que publique el INAH en esa materia, ya que contendrá la metodología para leer y transcribir escritos de los siglos XVI, XVII y XVIII.

En un comunicado del INAH, explicó la experta de la Dirección de Estudios Históricos (DEH) que la paleografía es una técnica que requiere de práctica y paciencia, y antes de intentar leer un manuscrito se debe dibujar para identificar las letras y poco a poco empezar a descifrar lo escrito.

Por ejemplo, los documentos del siglo XVII y anteriores, no reconocen el tipo de letra y arguyen que el texto está al revés porque se le dificulta comprender, de ahí la importancia del libro que elabora, donde se describen dos formas de transcribir un texto antiguo: la forma literal, es decir, pasarlo tal como está escrito, sin omitir ni cambiar nada, y la moderna, a la cual se le agregan signos de puntuación y se usa generalmente para publicar documentos.

Antes de empezar con la lectura y transcripción de un texto antiguo, se deben tomar en cuenta una serie de factores, entre ellos numerar progresivamente cada renglón que contiene la hoja u hojas del manuscrito e identificar sus elementos, recomendó.

En los textos del pasado se acostumbraba colocar líneas diagonales o la rúbrica del escribano en el espacio en blanco, ubicado en el margen superior de la hoja, con lo cual se indicaba que en ese sitio no se debía escribir nada. En el margen izquierdo aparecía el calderón (cuyo símbolo es √), a fin de señalar dónde iniciaba el renglón para hacer la transcripción correspondiente, porque en ocasiones las hojas estaban muy llenas, indicó.

En el margen superior izquierdo se aprecia el brevete, pequeño resumen de dos a cinco renglones que explica de qué trata el tema o en su caso todo el expediente, pero sólo aparece al inicio del documento.

Durante los siglos XVI, XVII y XVIII, en paleografía no se usaban los dos puntos, sino una línea que llena todo el espacio que sobra del renglón, y eso indicaba dos puntos y aparte. Al final de la hoja, si quedaba espacio, se colocaba una S, una línea y otra S para referirse a la terminación del texto de esa foja y que no se debía agregar nada más. Datos que se deben tomar en cuenta al momento de la transcripción, puntualizó.

La caligrafía se modificó al paso de las centurias. En el siglo XVI se utilizaba la letra cortesana, muy redonda y fácil de leer, pero su dificultad residía en las abreviaturas. En el mismo siglo surgió la procesal, que no es fácil de entender.

En el siglo XVII se usó la escritura procesal encadenada, que parece un hilo que va unido y es difícil de leer. En el siglo XVIII surgió la humanística, muy sencilla de comprender, pero lo arduo siguieron siendo las abreviaturas de la despedida.

La experta también elabora un glosario de términos antiguos que hoy están en desuso, del cual ya tiene 600 hojas.

En más de cinco décadas de trabajo en el INAH, Isabel González ha publicado las investigaciones: “Haciendas y ranchos de Tlaxcala en 1712”; “Los trabajadores alquilados de “Tlaxcala para las haciendas foráneas. Siglo XVIII” y “Haciendas, tumultos y trabajadores en las haciendas de Puebla-Tlaxcala, 1778-1798, entre otros.

 

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