La catedral refuerza su seguridad para evitar el robo del "Misal Auriense"

Fuente: http://www.farodevigo.es/portada-ourense

Tras la desaparición del Códice Calixtino en Santiago, la catedral de Ourense refuerza sus sistemas de seguridad para evitar que se pueda producir el robo del Misal Auriense, el primer libro editado en Galicia, concretamente en Monterrei, en 1494, tan solo 40 años después de la Biblia de Gutenberg. Tiene un valor incalculable, al tratarse del único ejemplar realizado sobre pergamino, mientras que se conserva otro en la Biblioteca Nacional impreso sobre papel.
La edición fue de unos 800 ejemplares en el siglo XV, que se remitieron a las distintas parroquias de la diócesis, pero al entrar en desuso con el Concilio de Trento acabaron desapareciendo todos, salvo los dos ejemplares referidos, impresos sobre pergamino y papel. Después de realizar un laborioso trabajo de campo, el delegado de patrimonio de la diócesis, Miguel Ángel González, consiguió recuperar "alguna hoja suelta", a mayores, de volúmenes perdidos o destrozados.
El único ejemplar del Misal Auriense que se conserva impreso sobre pergamino, se muestra en una vitrina del Museo Catedralicio, para que los visitantes puedan verlo, pero sin tocarlo ni pasar las hojas. Parte de él está digitalizado y además la Xunta realizó una edición resumida hace unos quince años, por lo que las personas interesadas pueden conocer su contenido, incluidas las notaciones musicales, sin peligro de que se deteriore el documento histórico.
En líneas generales, contiene las oraciones para que los párrocos de la diócesis pudieran oficiar la misa, con las partes variables y las invariables. Está impreso a tres colores, por lo que tuvieron que pasar las hojas tres veces sobre la prensa.
A pesar de que el valor del Misal Auriense es muy elevado, desde el punto de vista histórico y económico, en el Museo Catedralicio todavía se conservan piezas más valiosas, como la Cruz Preciosa, el Tesoro de San Rosendo, relicarios de Limoges, la Custodia Procesional, la Cruz de Azabache, la arqueta de Santa Susana, el busto de Santa Constanza, que es "una pieza admirable", obras de Moure y talleres del coro de Juan de Anges, entre otras.
Vigilancia
La catedral cuenta con importantes sistemas de seguridad, que la hacen "inexpugnable", advierte el delegado de patrimonio de la diócesis, después de curtirse durante años en la lucha contra la oleada de robos que sufrían las iglesias hace poco más de una década. Pero además, minutos antes de la hora del cierre, dos personas recorren el templo, mirando todos los rincones, incluidos los confesionarios, para evitar que alguien quede dentro.
El Museo Catedralicio permanece abierto al público durante el período estival, cuando hay mayor afluencia de gente. Las personas que deseen visitarlo el resto del año, pueden hacerlo recurriendo al sacristán, debido a la "carencia de personal" suficiente para mantenerlo abierto todo el año.
Dada la gran cantidad de piezas que acumula, el Museo Catedralicio de Ourense en la actualidad cumple más la función de almacén o "tesoro" que de espacio expositivo, por la carencia de dimensiones para poner mostrar sus fondos más relevantes, garantizando la seguridad.
El Museo Catedralicio de Ourense requiere una inversión de dos millones de euros, para que pueda permanecer abierto al público durante todo el año, con las medidas de seguridad que requiere. Miguel Ángel González acaricia el proyecto de multiplicar por cuatro su superficie, al añadirle a los dos espacios que tiene, las dependencias que ocupaba la antigua escuela de la catedral, los baños, un patio"donde se colocaría la epigrafía" y dos bajos de criptas.
Miguel Ángel González ya perdió prácticamente la esperanza de que se pueda desarrollar el Plan Director de la Catedral, elaborado hace unos veinte años, pero sin que se llegara a ejecutar en los años de bonanza económica. La única posibilidad de poder acometerlo, sería que el Gobierno central destinará parte del 1% de las partidas del AVE y de la red de autovías a la conservación del patrimonio.
Reliquias
La catedral cuenta con abundantes reliquias de santos ourensanos, como Santa Eufemia, San Facundo, San Primitivo, San Rosendo, San Torcuato y Santa Mariña de Augas Santas, además de objetos que se le atribuyen a San Rosendo, entre los que se encuentran la mitra y el báculo, que se conservaron durante siglos, a pesar de que algunos son posteriores.
En el templo ourensano también hay una supuesta costilla de Santa María Magdalena, que llegó a esta ciudad desde el sur de Provenza (Francia), a donde una leyenda dice que viajaron los hermanos con los huesos de la santa.

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